El pasado 21 de diciembre, el departamento de Filosofía planificó una salida para trabajar el tema de la Estética. Eligió ir al museo Reina Sofía y realizar distintos itinerarios:
África me invitó a ir con ellos porque mi grupo de Dibujo Técnico iba también. Así que aprovechamos la visita para estudiar el edificio. Es la segunda visita que realizamos a un edificio «reutilizado» y ampliado (la anterior fue al CaixaForum).
El museo actualmente consta de:
- El edificio Sabatini (inaugurado en 1992) es el más antiguo del museo, anteriormente Hospital General de Madrid. Es un edificio neoclásico del siglo XVIII diseñado inicialmente por José de Hermosilla y continuado posteriormente por Francesco Sabatini, arquitecto italiano.
- El edificio Jean Nouvel (inaugurado en 2005) a cargo del arquitecto Jean Nouvel.
- Dos sedes expositivas en el Parque del Retiro: el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez, ambos construidos por el arquitecto español Ricardo Velázquez Bosco. En ellas hay exposiciones temporales o presentaciones especiales de artistas u obras de la colección del museo.
Los alumnos me han ido mandando sus opiniones acerca del edificio y su ampliación, centrándose en lo que más y en lo que menos les gustaba. A continuación algunas de ellas.
Mar López: La antigua entrada es la parte que más me gusta del museo. Aunque los ascensores que se han incorporado al edificio inicial no están en sintonía con la fachada en sí, me parece elegante y atractiva. Además, el ágora en esta zona es amplio a diferencia de la del CaixaForum.
Otra cosa que también me ha gustado ha sido la terraza. Aunque te da la sensación de que estas a la deriva, ya que todo lo que cierra la terraza es de cristal, hace un juego de luz-sombra muy atractivo. Los edificios que están rodeando al museo son muy distintos, así que a medida que vas paseando por la terraza, puedes observar las diferentes caras de la ciudad.

Foto de Marcos Martín
La parte que menos me ha gustado probablemente ha sido la nueva entrada. Aun sabiendo que el Reina Sofía es un museo de arte contemporáneo, donde se rompe con los cánones de belleza del arte antiguo, la fachada me ha parecido demasiado moderna, dando la sensación de que deja un espacio en el medio sin uso alguno. No me parece que se haya logrado del todo encajar el edificio original con las nuevas instalaciones, ya que uno y otro no tienen nada en común, y tan solo se ha añadido un ala al antiguo hospital, sin realmente detenerse a escoger factores que hagan la unión más natural y menos notable. El color granate me parece demasiado llamativo, y a diferencia de la otra entrada, es más difícil para acceder. Aun así, me parece curioso, ya que el arte contemporáneo no pretende crear belleza, si no hacer que el espectador sienta distintas emociones al ver las obras de arte. Y, al fin y al cabo, todo edificio es una obra de arte.
Marcos Delgado y Alicia coinciden en sus opiniones. Lo que más les gustó fue la biblioteca porque les pareció muy moderna, muy tranquila y sobretodo resguardada del exterior. A ella le recuerda a la de Alvar Aalto de Viipuri, creando una atmósfera de estudio óptima; las cristaleras con rejilla bloquean el ruido exterior y evitan distracciones.
Sin embargo lo que menos les gustó fue el contraste entre la parte moderna del museo y la parte antigua, parecía como si fuesen museos diferentes en vez de la extensión de uno solo. Les gusta más por separado que como unidad.
A Marcos Martín le gustó el contraste que había entre el antiguo edificio y la nueva instalación con el techo que cubría todo ello. El color y el material reflectante le resultaron muy atractivos, así como los espacios que dejaba dando paso a la luz natural dando la sensación de que estuviera flotando.

Foto de Marcos Martín
Lo que menos fueron los paneles de las paredes que parecían rejas gigantes. Visualmente no le cautivaron. A pesar de ello, hizo unas fotos impresionantes:
A Celia Martínez le gusta más la parte del edificio Sabatini que la otra más moderna, porque le parece más bonita estéticamente y le hace recordar que era un hospital, lo cual le parece interesante. Lo que más le gusta de esta parte de la fachada y del museo en general son los ascensores de cristal que se añadieron en la ampliación posterior. Rompen con el estilo del edificio totalmente dándole un toque moderno.

Foto de Marcos Martín
No le gusta la combinación del edificio Sabatini con la del edificio Nouvel. El contraste es demasiado fuerte entre neoclásico y moderno. Las dos cosas que más le gustan de esta parte del edificio son la plaza que se crea en medio de los dos edificios y los agujeros que hay en el techo para que entre la luz natural a esta misma plaza. Lo que menos es la escultura de Lichtenstein.